Sobre el debate a cuatro

El pasado siete de diciembre se celebró un debate entre tres candidatos a la presidencia y la vicepresidenta del gobierno. En este debate el gran ausente fue el representante de UPyD, porque a pesar de que Garzón no asistiera al programa, este fue protagonista en las redes.

El debate tuvo nueve millones de seguidores detrás de las pantallas, atentos a los posibles representantes de la nación, esperando engullir las ideas que vomiten los políticos sin pensarlo antes. El debate estuvo en su línea, no hablaré de ganadores, pero sí de perdedores, Pedro Sánchez. Sus pocas intervenciones en el debate se basaron en decir que el PSOE es la única alternativa real al PP. Sus argumentos eran nulos y sus expresiones planas, exceptuando las risas. Cuando hablaba miraba directamente a la cámara, no a sus rivales a la presidencia. Él fue el gran perdedor.

Por parte del otro partido clásico, el PP, no hay mucho que decir. Las intervenciones de Soraya fueron aceptables, ahí se quedaron. La vicepresidenta se aprendió el guión de memoria, pero se le notaba la falta de experiencia en los debates. Se ponía bastante nerviosa cuando le rebatían y el colmo fue cuando le hablaron sobre la corrupción en su partido.

Ciudadanos, representado por Albert Rivera estuvo bien, en su línea. Argumentaba fácil y se defendía sin demasiados problemas, solo un error notable. Bailaba. No paraba de moverse por su zona, estaba más nervioso de lo habitual. A pesar de ello debatió bien, sin bajar el nivel.

El último de los participantes del debate, Pablo Iglesias, estuvo muy bien. Sus únicos errores fueron argumentales, como cuando habló de un referéndum inexistente sobre la independencia de Andalucía en 1977. Por lo demás se le vio más relajado que sus oponentes, con respuestas buenas y, sobre todo, con un gran minuto final. Durante todo el debate todos apelaron a los sentimientos, excepto él. Su momento fue el último minuto, un parlamento apelando al recuerdo de lo malo y a la sonrisa a lo nuevo, al cambio. Un gran discurso, en particular para sus seguidores, a quienes iba dirigido.

Joan Dolz Mensua 

4ESOA