La jirafa rebelde
Hoy me gustaría hacer una profunda reflexión, ponerme a pensar... ¿Por que está prohibido atar una jirafa a una farola en Atlanta? ¿Qué pasó allí para que prohibieran atar a una farola o poste telefónico a una jirafa? Es como la ley que dicta que los caballos tienen prohibido comer bocas de incendio (en Iowa) o la que prohibe montar caballos feos (en Seattle). Yo creo que en la historia de estas leyes hay drogas, alcohol, policías, jueces estrictos y payasos.
La primera de las leyes, la de la jirafa viene de hace mucho tiempo, como unos tres años, o quizás dos. Llegó el "Gran Circo" a la ciudad, traían todos sus animales: caballos, elefantes, jirafas, leones, ositos de peluche... Todo venía en la misma caravana. Llevaban varios días de viaje cuando llegaron a Atlanta y estaban cansados. El grupo de payasos y de domadores decidieron ir a tomar una birra, algo habitual. El problema vino cuando se dieron cuenta de que en el bar estaba prohibido vender alcohol a menores de edad o a animales, claro, en algún lado tendrían que dejar a su queridísima jirafa y ya estaban lejos de la caravana, así que la ataron a la primera farola que vieron. Al salir del bar, sobre las cuatro de la mañana, vieron que la jirafa tenía una multa, y decidieron recurrirla en un tribunal. Perdieron. A la siguiente vez que volvieron a la ciudad, se acordaron de que era ilegal atar la jirafa a una farola, así que, listos de ellos, la aparcaron en el poste telefónico. A la mañana siguiente volvía a haber una multa pegada a la jirafa por "Aparcamiento en zona indebida". Esta vez al recurrir ganaron el primer juicio, pero la policía alegó que la jirafa se había comido las frutas de la vecina del 5ºB y le había causado daños psicológicos a la señora. La policía ganó y se proclamó que "Está completamente prohibido atar a una jirafa a un poste telefónico o farola en la ciudad de Atlanta".
La segunda ley viene ligada a la tercera, aunque no suceden el el mismo estado. Era una tarde cálida en Iowa, la genta se quitaba las camisetas, salía a la calle, sacaban a sus perros y caballos a la calle a que se refrescaran un poco. El problema vino con una familia descuidada que llevaba cuatro días sin darle de comer a su caballo. El pobre tampoco había bebido nada en estos días y a la primera boca de incendios que vio le echó el diente. ¿Quién no disfrutaría de una delicatessen así, con el hierro y sales minerales que tiene? Así que se decidió y empezó a comérsela. Claro, no había pensado que era como una droga, y se enganchó. Se acabó comiendo más de la mitad de las bocas de incendio de la ciudad, y siendo un día tan calursoso pasó lo lógico, hubo incendios. Hubo un gran revuelo en la ciudad, ya que no podían apagar los incendios y tuvieron que arreglársela con el agua del grifo. Como vieron lo ocurrido desde Seattle, pensaron que el problema era el caballo, era demasiado feo y eso lo hacía tonto. Así que a partir de esta anécdota llegaron las leyes de prohibición de comer bocas de incendio a los caballos o la de montar caballos feos.
La primera de las leyes, la de la jirafa viene de hace mucho tiempo, como unos tres años, o quizás dos. Llegó el "Gran Circo" a la ciudad, traían todos sus animales: caballos, elefantes, jirafas, leones, ositos de peluche... Todo venía en la misma caravana. Llevaban varios días de viaje cuando llegaron a Atlanta y estaban cansados. El grupo de payasos y de domadores decidieron ir a tomar una birra, algo habitual. El problema vino cuando se dieron cuenta de que en el bar estaba prohibido vender alcohol a menores de edad o a animales, claro, en algún lado tendrían que dejar a su queridísima jirafa y ya estaban lejos de la caravana, así que la ataron a la primera farola que vieron. Al salir del bar, sobre las cuatro de la mañana, vieron que la jirafa tenía una multa, y decidieron recurrirla en un tribunal. Perdieron. A la siguiente vez que volvieron a la ciudad, se acordaron de que era ilegal atar la jirafa a una farola, así que, listos de ellos, la aparcaron en el poste telefónico. A la mañana siguiente volvía a haber una multa pegada a la jirafa por "Aparcamiento en zona indebida". Esta vez al recurrir ganaron el primer juicio, pero la policía alegó que la jirafa se había comido las frutas de la vecina del 5ºB y le había causado daños psicológicos a la señora. La policía ganó y se proclamó que "Está completamente prohibido atar a una jirafa a un poste telefónico o farola en la ciudad de Atlanta".
La segunda ley viene ligada a la tercera, aunque no suceden el el mismo estado. Era una tarde cálida en Iowa, la genta se quitaba las camisetas, salía a la calle, sacaban a sus perros y caballos a la calle a que se refrescaran un poco. El problema vino con una familia descuidada que llevaba cuatro días sin darle de comer a su caballo. El pobre tampoco había bebido nada en estos días y a la primera boca de incendios que vio le echó el diente. ¿Quién no disfrutaría de una delicatessen así, con el hierro y sales minerales que tiene? Así que se decidió y empezó a comérsela. Claro, no había pensado que era como una droga, y se enganchó. Se acabó comiendo más de la mitad de las bocas de incendio de la ciudad, y siendo un día tan calursoso pasó lo lógico, hubo incendios. Hubo un gran revuelo en la ciudad, ya que no podían apagar los incendios y tuvieron que arreglársela con el agua del grifo. Como vieron lo ocurrido desde Seattle, pensaron que el problema era el caballo, era demasiado feo y eso lo hacía tonto. Así que a partir de esta anécdota llegaron las leyes de prohibición de comer bocas de incendio a los caballos o la de montar caballos feos.
Joan Dolz Mensua 3ESOA
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