Matrimonios infantiles forzados
Matrimonios infantiles forzados
Cada año más de 142 millones de niñas son obligadas a casarse en contra de su voluntad. Son forzadas a abandonar su infancia para ponerse a disposición de un hombre y ser tratadas como esclavas sexuales con el único fin de procrear. Entre
los países más afectados, estarían Bangladés, India y Níger, donde cada
año se casan 244.000 niñas antes de los 18 años. Es decir, tres de cada
cuatro, según Unicef.
El matrimonio forzoso expone a las niñas a la violencia y el abuso sexual. Además las consecuencias en su educación y en su salud son realmente impactantes, ya que en ciertos lugares las complicaciones en el embarazo y en el parto son la principal causa de mortalidad de las adolescentes de entre 15 y 19 años.
Todo esto, no solamente provoca la renuncia a la infancia de todas estas niñas, sino también la renuncia a la educación, a la atención sanitaria y a su bienestar y desarrollo físico y emocional.
El miedo, la ignorancia, la necesidad de huir de una guerra, el deseo de salir de la pobreza, o simplemente la educación recibida, son las causas que conllevan al desarrollo de esta horrible práctica.
La sociedad de los países en los que se admite esta práctica es machista, por lo que no permite a las mujeres tener las mismas oportunidades que los hombres y no respeta sus derechos más fundamentales. Por otro lado, tampoco ayuda el limitado acceso a la educación que tienen las mujeres en dichos países. Esto produce que muchas madres crean que casar a su hija con un hombre mayor es una forma de asegurarle el futuro y darle una vida mejor.
En conclusión, creo que esta horrible práctica debe ser abolida, pero que solo abordando las causas más profundas, es decir la desigualdad de género y la pobreza, se podrá acabar con el problema. Por lo tanto, creo que debemos centrar nuestros esfuerzos en reforzar los sistemas de protección de la infancia, así como promover la igualdad de género.
El matrimonio forzoso expone a las niñas a la violencia y el abuso sexual. Además las consecuencias en su educación y en su salud son realmente impactantes, ya que en ciertos lugares las complicaciones en el embarazo y en el parto son la principal causa de mortalidad de las adolescentes de entre 15 y 19 años.
Todo esto, no solamente provoca la renuncia a la infancia de todas estas niñas, sino también la renuncia a la educación, a la atención sanitaria y a su bienestar y desarrollo físico y emocional.
El miedo, la ignorancia, la necesidad de huir de una guerra, el deseo de salir de la pobreza, o simplemente la educación recibida, son las causas que conllevan al desarrollo de esta horrible práctica.
La sociedad de los países en los que se admite esta práctica es machista, por lo que no permite a las mujeres tener las mismas oportunidades que los hombres y no respeta sus derechos más fundamentales. Por otro lado, tampoco ayuda el limitado acceso a la educación que tienen las mujeres en dichos países. Esto produce que muchas madres crean que casar a su hija con un hombre mayor es una forma de asegurarle el futuro y darle una vida mejor.
En conclusión, creo que esta horrible práctica debe ser abolida, pero que solo abordando las causas más profundas, es decir la desigualdad de género y la pobreza, se podrá acabar con el problema. Por lo tanto, creo que debemos centrar nuestros esfuerzos en reforzar los sistemas de protección de la infancia, así como promover la igualdad de género.
Eva García
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