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¿Qué les pasa a los hombres?



Hoy en día, en nuestra sociedad que supuestamente está más avanzada en los temas que hacen referencia a la situación de la mujer, cada día nos llegan a nuestros oídos más casos de violencia de género, pero ¿cómo pararlo?, ¿alguien hace algo al respecto, es suficiente?, ¿acaso contribuimos todos al maltrato? Todas estas son preguntas que nos hacemos día a día al darnos cuenta de la realidad en la que vivimos y de que, pese a todos los avances que hagamos, seguimos viviendo en una sociedad machista de la que cuesta mucho trabajo salir.
Cabe decir que hoy en día, denuncian muchas más mujeres que hace treinta años, pero sigue sin ser suficiente. Algo estaremos haciendo mal, si aún sigue habiendo víctimas de este tipo.

Existe un número de teléfono de atención a las víctimas, el 016, que no deja rastro y es gratuito; el cual sirve como medida para reducir estos abusos. Pero siguen sin ser suficientes. Lo mismo ocurre con las órdenes de alejamiento, pues a mi parecer, si un maltratador o cualquier persona quiere hacer daño a otra, va a encontrar la manera de hacerlo aunque tenga que infringir las leyes.
No estoy diciendo que estas medidas sean inefectivas, pero sí creo que son insuficientes.

Una medida que me llamó mucho la atención para fomentar la igualdad de género es la creación de semáforos cuyos monigotes llevan falda, representando así a una mujer. El primero de estos semáforos, fue colocado en Fuenlabrada en 2006, pero Valencia es la primera gran ciudad de España en la que se han instalado. Este hecho a recibido tanto alabanzas, como críticas.

Hoy en día, en nuestra sociedad que supuestamente está más avanzada en los temas que hacen referencia a la situación de la mujer, cada día nos llegan a nuestros oídos más casos de violencia de género, pero ¿cómo pararlo?, ¿alguien hace algo al respecto, es suficiente?, ¿acaso contribuimos todos al maltrato? Todas estas son preguntas que nos hacemos día a día al darnos cuenta de la realidad en la que vivimos y de que, pese a todos los avances que hagamos, seguimos viviendo en una sociedad machista de la que cuesta mucho trabajo salir.
Cabe decir que hoy en día, denuncian muchas más mujeres que hace treinta años, pero sigue sin ser suficiente. Algo estaremos haciendo mal, si aún sigue habiendo víctimas de este tipo.
Existe un número de teléfono de atención a las víctimas, el 016, que no deja rastro y es gratuito; el cual sirve como medida para reducir estos abusos. Pero siguen sin ser suficientes. Lo mismo ocurre con las órdenes de alejamiento, pues a mi parecer, si un maltratador o cualquier persona quiere hacer daño a otra, va a encontrar la manera de hacerlo aunque tenga que infringir las leyes.
No estoy diciendo que estas medidas sean inefectivas, pero sí creo que son insuficientes.

Una medida que me llamó mucho la atención para fomentar la igualdad de género es la creación de semáforos cuyos monigotes llevan falda, representando así a una mujer. El primero de estos semáforos, fue colocado en Fuenlabrada en 2006, pero Valencia es la primera gran ciudad de España en la que se han instalado. Este hecho a recibido tanto alabanzas, como críticas.

Un ejemplo de ello es el de una mujer que viendo que habían cambiado los muñecos del semáforo en una zona muy transitada de Valencia, aseguran los medios que se bajó del coche para hacerse una foto con dicho semáforo.
Por otra parte, estas nuevas instalaciones han recibido críticas, como es el caso de una mujer que aseguró que el muñeco con falda era un tanto sexista. Las palabras textuales de la mujer, fueron:“Yo soy la primera que no voy con falda, pero obviamente hay ideogramas que representan mejor a la mujer. Son pequeñas resistencias que no tienen importancia”. Esto nos lleva a pensar, que ese machismo del que hablábamos anteriormente, todavía no ha desaparecido del todo. 

Toda educación comienza en casa ¿no?, pues, ¿por qué no educamos a nuestros hijos por igual independientemente de que sean hombres o mujeres? La manera de educar es muy diferente dependiendo del sexo de nuestros hijos. Esto debería cambiar. 
Cuando nuestros hijos adolescentes salen a la calle, les decimos: pórtate bien, disfruta, no te metas en problemas...; en cambio, a nuestras hijas les decimos: no vengas sola, que te acompañen a casa, ven por calles iluminadas y con gente... Si en realidad estamos buscando la igualdad de género, ¿por qué criamos a nuestros hijos de manera diferente, suponiendo que los niños son más valientes y tratando a las niñas como a seres indefensos? 

Estos comportamientos los ven y los viven los niños desde pequeños y es algo que se les queda grabado y que ponen en práctica una vez son mayores, debido a que es lo único que han vivido en sus vida, tanto mujeres como hombres. 
Por desgracia, este asunto continúa cuando somos mayores y lo vemos reflejado a la hora de los salarios en los trabajos. Pues por el simple hecho de ser mujer y dedicar el mismo tiempo de trabajo y esfuerzo que un hombre, ella puede cobrar hasta un 30% menos que este. Con los puestos de trabajo ocurre lo mismo, pues los altos cargos suelen estar ocupados por hombres. Solo nos basta con fijarnos en los altos cargos políticos, en los directores de  empresas, de universidades...
Esto también se debería denunciar como hizo la actriz estadounidense Jennifer Lawrence, que aseguraba que haciendo el mismo trabajo que sus compañeros de sexo opuesto cobraba menos que ellos. Finalmente, tras denunciar estos hechos, la actriz se hizo con el Óscar por rodar la película El lado bueno de las cosas, pese a que su compañero de reparto cobró un sueldo mayor que ella. 

El anterior ejemplo de una celebridad reconocida, me sirve como trampolín para tratar el tema de abusos sexuales que han salido recientemente a la luz en las altas esferas relacionadas con el cine. En este caso, el acoso fue llevado a cabo por el poderoso productor de cine Harvey Winstein hacia decenas de mujeres, las cuales han denunciado que debido al poder que este personaje tenía, no les dejaba otra alternativa. Lo más sorprendente de todo este asunto, es que numerosas personas de alrededor conocedoras de los acosos, se desentendieron del asunto ocultándolo. Los abusos son otro tipo de violencia de género,  sufrido tanto por menores como por mujeres ya adultas. 

Bajo mi punto de vista, creo que deberíamos colaborar todos para sacar a las mujeres de esta situación de inferioridad en la que se encuentran. Pero no es suficiente con nuestras ganas, sino que necesitamos contar con el apoyo de la política con la finalidad de impulsar medidas contra estos crímenes que se cometen diariamente a las mujeres. Además también del apoyo de los hombres, pues sin su colaboración y su cambio de mentalidad respecto a nosotras es muy difícil cambiar la sociedad. Para ello, deberíamos empezar educando a nuestros hijos e hijas de manera equivalente, sin tratar a los varones como valientes y a las niñas como princesas. Un ejemplo de ello es el de una mujer que viendo que habían cambiado los muñecos del semáforo en una zona muy transitada de Valencia, aseguran los medios que se bajó del coche para hacerse una foto con dicho semáforo.
Por otra parte, estas nuevas instalaciones han recibido críticas, como es el caso de una mujer que aseguró que el muñeco con falda era un tanto sexista. Las palabras textuales de la mujer, fueron:“Yo soy la primera que no voy con falda, pero obviamente hay ideogramas que representan mejor a la mujer. Son pequeñas resistencias que no tienen importancia”. Esto nos lleva a pensar, que ese machismo del que hablábamos anteriormente, todavía no ha desaparecido del todo. 

Toda educación comienza en casa ¿no?, pues, ¿por qué no educamos a nuestros hijos por igual independientemente de que sean hombres o mujeres? La manera de educar es muy diferente dependiendo del sexo de nuestros hijos. Esto debería cambiar. 
Cuando nuestros hijos adolescentes salen a la calle, les decimos: pórtate bien, disfruta, no te metas en problemas...; en cambio, a nuestras hijas les decimos: no vengas sola, que te acompañen a casa, ven por calles iluminadas y con gente... Si en realidad estamos buscando la igualdad de género, ¿por qué criamos a nuestros hijos de manera diferente, suponiendo que los niños son más valientes y tratando a las niñas como a seres indefensos? 

Estos comportamientos los ven y los viven los niños desde pequeños y es algo que se les queda grabado y que ponen en práctica una vez son mayores, debido a que es lo único que han vivido en sus vida, tanto mujeres como hombres. 
Por desgracia, este asunto continúa cuando somos mayores y lo vemos reflejado a la hora de los salarios en los trabajos. Pues por el simple hecho de ser mujer y dedicar el mismo tiempo de trabajo y esfuerzo que un hombre, ella puede cobrar hasta un 30% menos que este. Con los puestos de trabajo ocurre lo mismo, pues los altos cargos suelen estar ocupados por hombres. Solo nos basta con fijarnos en los altos cargos políticos, en los directores de  empresas, de universidades...
Esto también se debería denunciar como hizo la actriz estadounidense Jennifer Lawrence, que aseguraba que haciendo el mismo trabajo que sus compañeros de sexo opuesto cobraba menos que ellos. Finalmente, tras denunciar estos hechos, la actriz se hizo con el Óscar por rodar la película El lado bueno de las cosas, pese a que su compañero de reparto cobró un sueldo mayor que ella. 

El anterior ejemplo de una celebridad reconocida, me sirve como trampolín para tratar el tema de abusos sexuales que han salido recientemente a la luz en las altas esferas relacionadas con el cine. En este caso, el acoso fue llevado a cabo por el poderoso productor de cine Harvey Winstein hacia decenas de mujeres, las cuales han denunciado que debido al poder que este personaje tenía, no les dejaba otra alternativa. Lo más sorprendente de todo este asunto, es que numerosas personas de alrededor conocedoras de los acosos, se desentendieron del asunto ocultándolo. Los abusos son otro tipo de violencia de género,  sufrido tanto por menores como por mujeres ya adultas. 


Bajo mi punto de vista, creo que deberíamos colaborar todos para sacar a las mujeres de esta situación de inferioridad en la que se encuentran. Pero no es suficiente con nuestras ganas, sino que necesitamos contar con el apoyo de la política con la finalidad de impulsar medidas contra estos crímenes que se cometen diariamente a las mujeres. Además también del apoyo de los hombres, pues sin su colaboración y su cambio de mentalidad respecto a nosotras es muy difícil cambiar la sociedad. Para ello, deberíamos empezar educando a nuestros hijos e hijas de manera equivalente, sin tratar a los varones como valientes y a las niñas como princesas. 

Noelia Ferreiro Cabrero. 2º BACH. B



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