El nuevo periodismo
El sensacionalismo no es, o al menos no debería ser, periodismo. La prensa se está muriendo poco a poco. Sé que no soy el más indicado para afirmar tal cosa, es cierto, pero eso no quita que la calidad de la prensa vaya en declive. Como ejemplo reciente pongo el atentado en Manchester. Muchos medios se han dedicado única y exclusivamente a dar la noticia, algunos de manera más sesgada, otros de manera más objetiva, ese no es el tema. El problema está en los medios que, aparte de la noticia, han publicado mensajes privados de las víctimas, mensajes que nada aportan a la información ya dada. Esto no es exclusivo de lo ocurrido en Manchester, este es un tópico que se repite en cada noticia de actualidad.
Este efectismo, acentuado por los medios digitales y su búsqueda del 'click' fácil, hace que la información de calidad se pierda entre mares de prensa amarilla, y es que ésta vende más que la información veraz. El periodismo ha dejado de ser una profesión atractiva, una profesión bonita como era. Ahora cualquiera es periodista de éxito si conoce los secretos de algún famoso, y si no los conoce se los inventa, porque lo importante es vender más. La calidad ya no pesa de la manera que lo hacía antes en la prensa, ya no es importante que las noticias hablen de temas trascendentales, la gente prefiere consumir los problemas ajenos. Y eso es triste.
La solución a tal problema es muy sencilla, pasa por dejar de consumir sensacionalismo. Para algunas personas será muy fácil, ya que nunca se han interesado por este tipo de prensa. Para los consumidores regulares el amarillismo no es un problema sino más bien todo lo contrario. En cambio para mí este es un grave inconveniente de la era digital. El problema no es que la información que nos llega sea falsa, sino que es banal.
Joan Dolz Mensua 1BatxA
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