3 minutos de silencio.
Hace
unos días estábamos en clase y a las 12:00 sonó el timbre para que
saliéramos
los alumnos de bachiller a la puerta del instituto para guardar 3
minutos de silencio por las recientes victimas de violencia de
género.
Últimamente ha aumentado el número de víctimas
en nuestra comunidad debido a la violencia de género.
Es
un hecho bastante preocupante no solo por la cercanía, sino por el
simple hecho de un aumento
del número de
víctimas;
si fuera por la cercanía
entonces muchos ciudadanos tendrían miedo y ya está.
Parece
que la principal preocupación de nuestra sociedad actual, en lo
relacionado a este tema, es que a ellos no les pase algo similar,
cuando en mi opinión debería ser más
importante
el hecho de considerar la vida de aquellas personas víctimas
de un ataque de rabia injustificado por parte del sexo opuesto o,
en otras palabras,
empatizar tanto con las víctimas
como con los familiares de estas.
A
mis ojos la sociedad ajena a la violencia de género
se distingue en 3
tipos: aquellos que están en contra pero se mantienen al margen,
aquellos que también están en contra pero prefieren entrar un poco
más en el tema y mostrar su oposición, y, por último, aquellos que
ni siquiera se preocupan o están a favor del
maltrato, aunque no
merece la pena comentarlos.
Hay
muchísimos motivos que pueden provocar un maltrato por parte del
sexo opuesto en una relación, todos ellos sin sentido alguno: uno de
ellos podría ser el comportamiento de muchísimos hombres, ya
que muchas veces se da
la situación en la que en una pareja el hombre pretende que la mujer
se comporte de una determinada manera para favorecerle a él,
obviamente la mujer no tiene por qué
obedecer. No
hay ningún
problema en eso, aunque para muchos hombres protagonistas sí
que supone un problema y se comportan de una manera agresiva para
imponer su autoridad y conseguir lo que quieren. Desde
el punto de vista de
derechos y dignidad
humanos resulta patético recurrir a la fuerza para conseguir algo
que no puedes tener.
Muchas
mujeres víctimas
de este maltrato tanto físico
como psicológico deciden ir a una comisaría y denunciar la
situación en la que se encuentran, aunque también hay muchas
mujeres que hacen todo lo contrario y se callan, apoyando a esta
causa y favoreciendo la posición del hombre maltratador. El problema
es que muchas de ellas, por distintos motivos, no se dan cuenta de
que están siendo acosadas, no lo consideran un acoso o simplemente
sueltan la típica frase “es que yo quiero mucho a mi novio y estoy
segura de que cambiará”, cuando realmente una persona así no
suele cambiar tan fácilmente… No lo considero culpa de las
victimas ni mucho menos pues a nadie le gusta sufrir daño físico o
psicológico de otra persona.
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