Una médico en Afganistán
El pasado lunes 13 de febrero tuvimos el privilegio de poder entrevistar, mediante una videollamada, a Paula Minguell, una médico de Cruz Roja que está destinada en Afganistán. Actualmente se encarga del cuidado de pacientes en las prisiones. Ella, aparte de en su destino actual, ha estado trabajando también en Myanmar (Birmania), Sudán del Sur y República Centroafricana.
Paula explica que el hecho de ir a ayudar a otro país es algo que todo el mundo debería hacer al menos una vez en la vida, eso sí, hay que tener mucha resistencia psicológica y vocación. Para salir a ayudar no basta sólo con buenas intenciones, hay que estar preparado, y más allá de la resistencia mental, también es muy importante una buena preparación académica. Aún así, no todo es tener la carrera o el máster, también es importante tener experiencia y prepararte para la misión.
Y justamente la fortaleza mental fue muy importante hace poco, en diciembre, debido al secuestro de un compañero suyo. Paula nos explica que esos momentos son realmente complicados. Ella estaba en España cuando ocurrió y dice que es muy difícil asimilar una noticia así. Al final, el cooperante fue liberado en enero, todo fue bien fue gracias al gran trabajo hecho en las negociaciones y al protocolo que se siguió. Es por eso que se necesitan más profesionales aparte de médicos en el extranjero.
Cuando hablamos de los motivos por los cuales es necesaria su ayuda en algunos países, rápidamente, sale la palabra pobreza, y es que la pobreza es el denominador común en todas sus misiones. Según ella, el lugar de los que ha estado en el que se ha sentido más imprescindible es en Sudán del Sur, esto es debido a la baja calidad de vida de la gente, que hace que ir a un hospital les sea imposible. A pesar de esto, el trabajo de las ONGs dice que es increíble, ya que consiguen llevar suficiente material esterilizado para que no haya escasez y se pueda tratar al mayor número de personas posible, a pesar de todas las complicaciones, ya que esterilizar los materiales allí es muy complicado.
Repasando su carrera, Paula nos habla un poco de la situación de cada país en el que ha estado y de su función dentro de cada uno de ellos. Sus dos últimas misiones han estado dirigidas al control en las prisiones, estas han sido en Afganistán y en Myanmar. Habla de la importancia de las prisiones y destaca el buen trabajo llevado a cabo por la Cruz Roja en este campo. A pesar de no querer entrar en temas legales, ya que de eso se encargan los abogados, sí que nos deja una frase muy descriptiva de la situación de las libertades en estos países: "aquí encierran a la gente por cosas que en España sería impensable". Además de en prisiones, también ha estado ayudando en una guerra, en la guerra civil de Sudán del Sur, la cual empezó en 2012 y continúa en el presente.
Después de una larga videoconferencia nos despedimos agradeciéndole enormemente que nos haya dedicado de forma tan generosa su valioso tiempo. Ya son las 18:20h aquí, las 22:50h en Afganistán.
Paula explica que el hecho de ir a ayudar a otro país es algo que todo el mundo debería hacer al menos una vez en la vida, eso sí, hay que tener mucha resistencia psicológica y vocación. Para salir a ayudar no basta sólo con buenas intenciones, hay que estar preparado, y más allá de la resistencia mental, también es muy importante una buena preparación académica. Aún así, no todo es tener la carrera o el máster, también es importante tener experiencia y prepararte para la misión.
Por otra parte, al extranjero no van únicamente médicos. Se necesita gente de todas las profesiones, desde abogados a psicólogos, todos muy preparados. Los psicólogos son muy importantes. Todos los médicos tienen un teléfono veinticuatro horas de atención psicológica, ya que pueden llegar a estar muchos meses en estos países y encerrados en una rutina constante. Según nos cuenta, en Afganistán no les está permitido ir a pie a ningún lado, porque es demasiado peligroso. De casa al coche, del coche al trabajo y volver empezar, así es la vida diaria. Por supuesto, estas medidas tan estrictas dependen del país, ya que hay países en los que pueden hacer una vida normal. En cualquier caso, está claro que hay que ser muy fuerte psicológicamente hablando.
Y justamente la fortaleza mental fue muy importante hace poco, en diciembre, debido al secuestro de un compañero suyo. Paula nos explica que esos momentos son realmente complicados. Ella estaba en España cuando ocurrió y dice que es muy difícil asimilar una noticia así. Al final, el cooperante fue liberado en enero, todo fue bien fue gracias al gran trabajo hecho en las negociaciones y al protocolo que se siguió. Es por eso que se necesitan más profesionales aparte de médicos en el extranjero.
Paula con un cartel en el que se lee "I am not a target" (No soy un objetivo) |
Repasando su carrera, Paula nos habla un poco de la situación de cada país en el que ha estado y de su función dentro de cada uno de ellos. Sus dos últimas misiones han estado dirigidas al control en las prisiones, estas han sido en Afganistán y en Myanmar. Habla de la importancia de las prisiones y destaca el buen trabajo llevado a cabo por la Cruz Roja en este campo. A pesar de no querer entrar en temas legales, ya que de eso se encargan los abogados, sí que nos deja una frase muy descriptiva de la situación de las libertades en estos países: "aquí encierran a la gente por cosas que en España sería impensable". Además de en prisiones, también ha estado ayudando en una guerra, en la guerra civil de Sudán del Sur, la cual empezó en 2012 y continúa en el presente.
Después de una larga videoconferencia nos despedimos agradeciéndole enormemente que nos haya dedicado de forma tan generosa su valioso tiempo. Ya son las 18:20h aquí, las 22:50h en Afganistán.
Joan Dolz Mensua 1BATXA
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