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BIENVENIDO MARTY

“...y ahí estaba, un chico con cara de crío y un poco desorientado se ha acercado a una de esas pantallas publicitarias que hay por la plaza, y se ha quedado boquiabierto. ¡¿Quién iba a ser si no Marty McFly?! Con sus zapatillas plateadas y una cazadora, se ha metido en la cafetería...”


Éste era el testimonio de un vecino de la famosa plaza de la ciudad de Hill Valley, California.
El pasado 21 de octubre de 2015, McFly ha viajado a nuestro tiempo como estaba previsto desde el 89. ¿Pero era nuestro presente como él creía que iba a ser su futuro?
Puede que el tiempo lejano al que él viaja en la segunda entrega de la trilogía de “Regreso al futuro” parezca mucho más atractivo que el día de hoy, pero en realidad muchas cosas las tenemos hoy en día, ya sea como novedades o como ya antigüedades ( como, por ejemplo, los faxes).

Son muchos los productos que aparecieron en el largometraje y que se han hecho realidad: las pantallas gigantes, robots en nuestras casas, videoconferencias, paredes y cerraduras inteligentes, ...; todo ésto nos lo enseñó la familia McFly con ayuda de Robert Zemeckis (director), en la gran casa situada en el barrio pijo de Hill Valley donde Marty viviría dentro de 30 años.

Otros objetos futuristas como el monopatín volador ya se han materializado aunque no es un producto del todo globalizado, hace poco que salió desde california la “Hendo Hoverboard”, proporcionada por el reconocido skater Tony Hawk; en cuanto a las zapatillas autoajustables, Nike las lanzará este año con un modelo muy parecido al de Marty; la ropa con secado incorporado está casi cumplida desde hace unos años, pero en forma de spray que repele el agua. Aunque la mayoría de estos productos han sido creados a raíz de esta película, ya que tienen “un toque muy friki”.




Acertaron, como era de suponer, en el consumo excesivo de tecnología y capitalismo. Eso, y el hecho de que mucha gente se sienta decepcionada con nuestro presente en comparación con el que nos enseñó Zemeckis, dan lugar a un pesimismo generalizado con el que, personalmente, no estoy del todo de acuerdo. Son muchos los logros que hemos cumplido después de 30 años, ya sean materiales o a nivel social. Es verdad que no estamos “para tirar cohetes”, como dirían muchos, pero creo que nunca se debe recurrir al fatalismo, sino que debemos ser conscientes de nuestra situación para poder mejorarla, y para ello debemos ser realistas, siempre realistas y nunca negativos.
Debemos tener la mirada en el presente, pero estar atentos al futuro, recordando que “a donde vamos, no necesitamos carreteras, Marty”.


Silvia Mares García 1º Bach A



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