Gabriel García Márquez, o “Gabo”,
como lo era conocido por la mayoría, fue uno de los mayores
exponentes del “boom” de la novela hispanoamericana. Gabo
fallecía el pasado día 17 de abril, a la edad de 87 años, en su
casa de México. Era originario de Aracataca, un pueblecito de
Colombia.
Gabo no era muy dado a posar ante las
cámaras, por lo que concedió muy pocas entrevistas en su larga,
pero corta vida. Tras ganar el premio Nobel de literatura en 1984,
dejó de aceptar premios porque pensaba que ya había recibido
suficientes, además de que ganar un Nobel es uno de los mayores
honores para un escritor. Escribió varios libros. Entre los más
conocidos se encuentra “Cien años de soledad”, pero como él
decía no era su favorito.
"Hace dos años mi profesor de castellano nos hizo leer “Crónica de una
muerte anunciada”. Fue un libro que -por decirlo así - ya se sabia el final
desde que se empieza a leer, un poco irónico porque cuando alguien lee un libro
no quiere saber el final. Era un libro bastante impactante, no me acuerdo muy
bien de la historia, pero, la parte en la que cuenta como matan a Santiago
Nasar estará grabada en mi memoria creo yo que para siempre: “ Desesperado,
Pablo Vicario le dio un tajo horizontal en el vientre, y los intestinos
completos afloraron con una explosión. Pedro Vicario iba a hacer lo mismo, pero
el pulso se le torció de horror, y le dio un tajo extraviado en le muslo.
Santiago Nasar permaneció todavía un instante apoyado contra la puerta, hasta
que vio sus propias vísceras al sol, limpias y azules, y cayó de rodillas.”
[...] “Tropezó en el último escalón, pero se incorporó de inmediato. «Hasta
tuvo el cuidado de sacudir con la mano la tierra que le quedó en las tripas»,
me dijo mi tia Wene”.
Gabriel García Márquez podía hacerte sentir que de verdad estabas viendo
como ocurría todo, qué digo viendo, viviendo.
Gabo aunque se haya ido, siempre se quedará con nosotros.”
Silvia
Serrano, 2º Bachillerato B
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